miércoles, 10 de noviembre de 2010

ERES HERMOS@

Eres hermos@. No permitas nunca que alguien diga lo contrario. Creelo y hacete cargo de la belleza que irradia tu ser.
Creétela. Porque de esa forma es más intensa tu luz.
Hacete cargo. Porque la luz que brinda tu alma ilumina el camino de alguien más, se lo facilita, lo embellece.

Quien diga que no existe la perfección, está equivocado. La perfección está en la belleza. Y, como la belleza, es un valor relativo porque depende de la "carga" cultural que tiene cada uno. De las costumbres adquiridas por sí mismo y las heredadas.

Eres hermos@. No consientas que lo pongan en duda. Y aunque te tilden de narcisista, creelo.
Emprendé tu camino con la certeza de que alguien sabrá apreciar tu belleza y sabiendo (y aceptando) que no serán tod@s porque, como dije, depende del observador.

Eres hermos@. Y si alguien osara negarlo, decile que aprenda a verse en el espejo... que él/ella también es hermos@. Y hacete cargo.
Recorré la senda que elijas en tu vida con una sonrisa en tus labios. Hay pocas cosas más bellas que una sonrisa (la de los seres que amamos, la de un niño desconocido...)

Y todo lo bello es perfecto, por lo tanto también ERES PERFECT@.

Y somos perfectos, aún con nuestros errores, porque somos humanos y no máqunas programadas. Las máquinas no cometen errores porque solamente hace lo que les dicen y como les dicen que lo hagan (de eso se trata su programación)
Nosotr@s, simples humanos, no estamos obligados (o no deberíamos estarlo) a seguir las instrucciones de nadie para gobernar nuestra vida. Y como no hay un "libreto" a prueba de fallos, nos equivocamos y aprendemos y volvemos a intentarlo hasta que logremos lo que buscamos.

ERES HERMOS@. ERES PERFECT@. Y quien diga lo contrario que se vea en el espejo... en ese que al mirarlo reflejar'lo más bello que jamás hayas visto, sus propios rasgos... desde la visión de aquellos que l@ aman.

Dicen que el amor enceguece, porque cunado amamos nos parece que esa persona no tiene errores o defectos, es perfect@, es hermos@... Yo creo que el amor es quien nos salva de la ceguera. Porque tod@s somos hermos@s, tod@s somos perfect@s... hasta nuestros errores

martes, 9 de noviembre de 2010

Los deseos se hacen realidad

¿Alguna vez sentiste que todo salía al revés de lo que querías? ¿O que recibías cosas que nunca habías deseado? Algunas veces creemos que necesitamos tal o cual cosa, y así lo expresamos (aunque sólo sea con el pensamiento), pero no llegamos a conseguirlo nunca.
Alguien dijo alguna vez "Pide y se te concederá"... entonces ¿por qué, si estoy pidiendo algo, recibo otra cosa a cambio?
La respuesta es sencilla... si estás pidiendo desde tu corazón, da por seguro que obtendrás todo lo que pides. Si no se te concede, es porque no es lo que realmente necesitas en tu vida.
El genio de la lámpara concedía tres deseos a quien lo llamara. El universo, o Dios o ponele el nombre que quieras, te concederá todos tus deseos... si los pides desde tu corazón. Es tu alma (tu esencia, tu espíritu, tu yo verdadero... ) la herramienta necesaria y fundamental para que se produzcan los milagros.
¿Cómo que los milagros no existen? Cada deseo que se cumple es un milagro. Porque muchas veces parece que fueran imposibles, pero ahí están... se cumplieron.
Los deseos se hacen realidad porque nosotros permitimos que pase. Nosotros mismos somos los artífices de que ese milagro ilumine nuestra vida, aceptando que somos merecedores del prodigio. Si hacés tu pedido creyendo que no merecés nada bueno sólo conseguirás eso... nada bueno.
Volviendo a las preguntas del comienzo... si alguna vez te pasó eso, si alguna vez pensaste "¿Por qué a mí?", planteate si estás haciendo bien tu pedido. Cuanto más tiempo te centres en el dolor y en lo que te falta, más de eso mismo vas a conseguir. Ese es el otro ingrediente necesario para que ocurran los milagros. El pensamiento es la llave, es el motor que pone en marcha el prodigio. Si querés que algo pase, pensá que ya lo conseguiste.
Un último consejo... Permitite soñar, no dejes de volar con la imaginación. Esos que dicen que hay una edad para creer en los sueños no saben lo que dicen. La vida deja de ser vida cuando perdemos la capacidad de soñar